Revista de Artes y Humanidades UNICA
Volumen 25 Nº53 / Julio-Diciembre 2024, pp. 84-102
Universidad Católica Cecilio Acosta Maracaibo - Venezuela
ISSN: 1317-102X e ISSN: 2542-3460
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Universidad y descolonización: hacía la desoccidentalización de la
educación superior en Latinoamérica
MENDOZA DELGADO, Edgar Alexander
Universidad Católica Cecilio Acosta
Facultad de Filosofía y Teología
Maracaibo - Venezuela
edgarmendoza29@gmail.com
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.14239535
Resumen
Se presenta un estudio en el que se plantea como propósito indagar las dinámicas políticas
y sociales en torno a la categoría descolonización con aras a la desoccidentalización, para:
desde la universidad y por la universidad, hacer una propuesta que permita impulsar una
educación otra, en la cual se rompa con las categorías dominantes que se imponen de
manera sutil y no tan sutil en las universidades latinoamericanas por la cultura hegemónica
del mundo occidental. En tal sentido el objetivo principal de la investigación se centra en:
Afrontar desde la descolonización, la desoccidentalización de la educación superior
latinoamericana partiendo de la historia de la universidad, para continuar con la indagación
de las distintas posturas de la descolonización y aproponer la ruptura con las categorías
coloniales y de dominio de la cultura occidental. Para ello se recurre a una metodología de
indagación documental diacrónica que persigue la pesquisa de las distintas teorías
relacionadas con la temática y en distintos soportes; el análisis de los textos contara con la
implementación del método hermenéutico.
Palabras clave: Desoccidentalización, Universidad Latinoamericana, Descolonización,
Emancipación, Contra hegemonía.
Recibido: 16-06-2024 Aceptado: 08-09-2024
Mendoza, E. Universidad y descolonización: hacía la desoccidentalización de la educación
superior en Latinoamérica
Revista de Artes y Humanidades UNICA 85
University and Decolonization: De-Westernization of Higher Education in
Latin America
Abstract:
A study is presented in which the purpose is to investigate the political and social dynamics
around the category of decolonization for the sake of de-Westernization, in order: from the
university and through the university, to make a proposal that allows promoting another
education, in which breaks with the dominant categories that are imposed in a subtle and
not so subtle way in Latin American universities by the hegemonic culture of the Western
world. In this sense, the main objective of the research focuses on: Addressing, from
decolonization, the de-Westernization of Latin American higher education based on the
history of the university, to continue with the investigation of the different positions of
decolonization and thus propose the rupture with the colonial and dominance categories of
Western culture. To do this, a diachronic documentary research methodology is used that
pursues the investigation of the different theories related to the topic and in different media;
the analysis of the texts will have the implementation of the hermeneutic method.
Keywords: De-Westernization, Latin American University, Decolonization, Emancipation,
Counter hegemony
Introducción
La Universidad como institución de educación ha recibido y recibe definiciones que
se diferencian y asemejan entre ellas en multiplicidad de conceptos y lo que a ellas atañe es
y será objeto de debates durante tiempos imprevisibles, siendo la temática central del
presente artículo una de esas “cuestiones” que causan interés y marcan una revestida
simpatía al momento de emprender la labor investigativa. Un tanto similar sucede con la
categoría “Descolonización” pues, esta también ha generado grandes debates en círculos
académicos durante los decenios transcurridos del actual siglo, no quiero decir con esto que
no haya sido así en tiempos precedentes; sino que: es evidente, cómo los cambios políticos
y la dinámica que se ha impuesto en nuestras sociedades latinoamericanas ha causado que
esta categoría adquiera un matiz particular.
Ahora bien, este tipo de estudios no está exento de controversias, porque, aunque
Latinoamérica se halle ubicada geográficamente en occidente soy de los que cree que desde
la perspectiva cultural los latinoamericanos no somos occidentales (he aquí una de las
controversias a la que se enfrenta el estudio que se presenta, pero como toda investigación,
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ésta tampoco está exenta del elemento subjetivo propio del investigador) puesto que la
civilización occidental tampoco se circunscribe a países estrictamente occidentales desde la
geografía, es así que Australia por ejemplo se considera parte de la civilización occidental,
pero hay casos bien complejos como el de Japón y Corea del Sur que no solo se diferencian
por la geografía sino también por lo cultural pero forman parte de lo que se denomina
Occidente Colectivo.
En este sentido, ya de inicio se evidencia la complejidad y subjetividad que forman
parte de la temática abordada, lo que en filosofía no significa ninguna extrañes, muy al
contrario, es una cualidad propia de la esencia filosófica.
1. Desarrollo
Inicia Darcy Ribeiro (1971) su estudio sobre la universidad Latinoamericana con
estas palabras: “La crisis con que se enfrentan las universidades se presenta bajo múltiples
formas que permiten caracterizarla como: coyuntural, política, estructural, intelectual e
ideológica” y lo emblemático de este enunciado es que el estudio data del año 1971 del
siglo pasado pero sin duda, tiene una vigencia que por el tiempo transcurrido puede hasta
causar espasmos y asombro dado que cabría preguntarse ¿Qué hemos hecho o dejado de
hacer para que una situación tan desfavorable permanezca con tanta vigencia por tanto
tiempo?.
En ese mismo sentido hay otros estudios que también nos dejan enunciados
reveladores y todos tienen como común denominador la palabra crisis de la cual no voy a
negar que la haya y que tendrá sus matices de acuerdo a la época o el tiempo que vivimos,
pero sirva el momento para aclarar que el presente estudio no busca reflejar ni presentar
soluciones a ninguna crisis particular de la universidad, sino para indagar en asuntos más de
índole ontológico de quienes conforman la comunidad universitaria y sobre todo en
aspectos principalmente académicos en lo concerniente al conocimiento o el saber.
Partiendo de dichas premisas y teniendo en cuenta la complejidad de conflictos que
atañen a la Universidad en nuestros tiempos se hará un breve recorrido histórico que
permita reflejar la problemática acaecida a partir del proceso colonial ocurrido en nuestra
región, el cual se manifiesta aun en tres vertientes como son: la colonialidad del poder, del
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saber y del ser, todo esto con la intención de establecer el “cuadro categorial” que de
sustento a lo que me propongo, como es la desoccidentalización de la educación superior en
Latinoamérica.
2. Un poco de historia
La historia de la universidad Latinoamericana es la historia del continente a partir de
la llegada de los colonizadores europeos, por ende, para los latinoamericanos la universidad
tiene su origen en el proceso de colonización y bastante tinta ha corrido y bastantes
controversias se suscitan aún respecto a ese proceso iniciado por los españoles a finales del
Siglo XV, siendo la universidad o la implementación de estas por parte del imperio español
en territorio latinoamericano uno de los argumentos más esgrimidos para defender la
“leyenda rosa”
1
donde se justifica y defiende la colonización como un proceso civilizatorio
y de “avances” para el continente; teniendo por supuesto la creación de las universidades
como ejemplo bandera, puesto que según lo expresado por Marín Gutiérrez (2016) estas
primeras instituciones en la época colonial, eran copias de las universidades Pontificias de
Salamanca y Alcalá de Henares, modelo español donde predominaba el pensamiento
aristotélico-tomista en la enseñanza”. Por su parte, Beorlegui, (2010) también se refiere a
ello diciendo que:
En todas estas fundaciones se siguió como modelo organizativo y académico la
Universidad de Salamanca, la primera y más importante de las universidades
españolas, y, en ese momento, la más prestigiosa del mundo. Salamanca (y las
demás universidades españolas, como Alcalá de Henares) influyó en
Hispanoamérica en dos aspectos: en su legislación, metodología, pedagogía,
organización de materias y demás; y en la exportación de graduados, que fueron
luego profesores en América.
Por supuesto que el hecho de haber recibido la influencia y el modelo de las mejores
universidades de la época en su creación, las universidades latinoamericanas se pudieron
haber visto favorecidas, sin embargo, no es razón suficiente para justificar la leyenda rosa
ni mucho menos cualquier otra tendencia parecida, dado que la existencia de un aspecto
1
Leyenda rosa es la visión histórica de la conquista donde se defiende la invasión y asesinato de los pueblos
indígenas por parte de los colonizadores arguyendo los aportes que se dieron a la región a partir de dicho
proceso, como son: el cristianismo, la creación de universidades, la enseñanza en el uso de herramientas de
construcción y fabricación de objetos propios de la tecnología europea de la época.
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positivo o favorable no oculta ni niega en lo absoluto la existencia de aspectos negativos o
desfavorables.
2.1. La primera Universidad
Existe una controversia sobre cuál es la primera universidad que se fundó en
territorio latinoamericano y dicha controversia gira en torno a la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos de Lima-Perú y la Universidad Santo Tomás de Aquino en
República Dominicana; y aunque parezca irrelevante cuál fue la primera universidad, no
deja de ser interesante la diatriba que gira en torno a ello, pues es la misma aptitud del
pensamiento colonial que la causa. Tratando de ser lo más objetivo posible, resumiré
brevemente los hechos valiéndome del orden cronológico para describirlos.
Siendo así, para el año 1518 en República Dominicana los Dominicos crean el
colegio de los “Studium Generale” el cual más adelante sería llamado Colegio Santiago de
la Paz de Santo Domingo
2
. El cual para 1538 mediante Bula Papal de Pablo III “In
Apostulato Culmine” pasa a ser la Universidad Pontificia Santo Tomás de Aquino.
Por su parte, en Lima-Perú, los también Dominicos del convento Rosario de la
Orden de Santo Domingo en el año 1548 aperturan los “Estudios Generale” en la sede del
convento cerca de la Plaza de Armas de Lima. Estos estudios fueron los que dieron origen a
la creación de la Universidad de San Marcos de Lima en 1551 por decreto de Cédula Real
por Carlos V. Con una simple observación el orden cronológico no deja dudas de cuál fue
la primera universidad de la región, sin embargo, aquí se pude notar otra diferencia y es lo
que a mi juicio da origen a la controversia, pues la Universidad Santo Tomás de Aquino fue
creada mediante Bula Papal y la Universidad de San Marcos de Lima fue creada por
decreto Real.
Es así que intersticios coloniales atribuyen el reconocimiento oficial a la universidad
más antigua o que goza del derecho a ser reconocida como la primera universidad en entrar
en funcionamiento para la región latinoamericana, puesto que la Pontificia Universidad
Santo Tomás de Aquino, se le concedió la Cédula Real ya para el año 1747 pero no
2
Información disponible en el canal Crónicas de la Historia a través del enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=P1QFxvnEG2E
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conforme con eso se emitió otra Cédula Real por decreto de Fernando VI el 2 de agosto de
1758 en la que se le prohibía que se autoproclamase como la primera universidad de
América y por supuesto para la fecha cuando la Pontificia Universidad Santo Tomás de
Aquino recibe la Cédula Real, ya existían muchas otras universidades en la región.
Como lo mencioné, en esta pequeña síntesis histórica se puede ver que el
nacimiento de una institución no se debe al momento en que esta comienza a funcionar,
sino a la aptitud colonial de quienes estaban en el poder para la época y a las luchas internas
que se dieron y se dan aún en nuestros países producto del proceso colonizador acaecido
hace más de quinientos años.
2.2. La Reforma de 1918
Lo acontecido en la ciudad de Córdoba-Argentina en el año 1918 en palabras de
Ribeiro (1971) fue la principal fuerza renovadora de la Universidad Latinoamericana” ya
que el movimiento reformista es sin duda trascendente, pues dio origen a la universidad tal
cual como la conocemos hoy y como sostiene el mismo Ribeiro, dicho movimiento “inspiró
algunas innovaciones importantes” las cuales dieron un cambio radical a la tradición
heredada de la colonia y de las transformaciones experimentadas a mitad del siglo XIX con
el modelo napoleónico; y es que las transformaciones orientadas dentro del patrón
napoleónico reorganizó la enseñanza superior de Francia en escuelas profesionistas y
autárquicas (Ribeiro, 2006). Es decir, la Reforma de Córdoba fue en el sentido estricto una
verdadera revolución universitaria latinoamericana, como queda ilustrado en palabras de
Pérez-Estévez (1995) cuando dice:
Si la universidad colonial mira hacia atrás y se esfuerza en rescatar una ciencia
dogmática y una sociedad utópica perdida en el medioevo, la universidad
revolucionaria que surge de la Reforma de Córdoba y del primer congreso
internacional de estudiantes, mira hacia el futuro abrazada en un nuevo dogmatismo
y se esfuerza, por medio de la revolución en alcanzar una nueva sociedad utópica
sin clases.
Ahora bien, siguiendo con las ideas de Pérez-Estévez, ambas visiones de la
universidad; la colonial-medieval y la revolucionaria centrada en los ideales marxistas de
luchas de clase, “pierden el sentido de la ubicación y la historia… son desubicadas
anacrónicas. Ahistóricas”, puesto que al abrazar un “nuevo dogmatismo” lo hace con la
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mirada hacia fuera, es decir la universidad latinoamericana no supera aún el “tutelaje”
teórico-doctrinal y la ciencia y la técnica, absolutamente necesarias para la resolución de
problemas, “son planteadas desde afuera y resueltos desde una visión extranjera”
Luego de la reforma de Córdoba es evidente que aún hay mucho por hacer, pues si
analizáramos con más detalles el momento histórico de la reforma y su manifiesto,
podemos decir que a la generación que le tocó ejecutar y hacer efectiva la “tarea” no la
completó y no es por falta de voluntad, sino que a mi parecer, esta es una lucha que aún se
da en la actualidad, de allí la necesidad de trabajos como el que se presenta; es decir, pensar
en la descolonización de la universidad es pensar en el estricto cumplimiento de los
postulados básicos de la Reforma de Córdoba y como lo dice Reibeiro, (1971) “Dada su
amplitud y sus ambiciones, este programa sigue siendo la bandera de lucha, tanto de los
estudiantes como de gran parte del profesorado latinoamericano, formado bajo su
inspiración” (p. 87), es así que después de más de un siglo y superados los dos primeros
decenios del Siglo XXI la Reforma de Córdoba aún aporta a los académicos
latinoamericanos esa chispa necesaria para encender la antorcha que mantiene vivo el fuego
de la lucha, una lucha aún más complicada, dado que los ataques que recibe la universidad,
son cada vez más numerosos y en algunos casos muy sutiles y los enemigos son internos y
externos, muchos de los cuales pareciese que ignoran el daño que causan, al menos así
prefiero pensarlo.
3. El proceso de descolonización
Hablar de descolonización en América latina, es hacer referencia a un proceso
histórico que se inicia con la llegada de los colonizadores, no quiero decir con esto que la
descolonización preceda a la colonización y mucho menos que los colonizadores inician a
su vez un proceso de descolonización, lo que si sostengo es que: con la llegada de los
conquistadores hubo quienes como habitantes originarios de estos territorios, pusieron
resistencia al desembarco y posterior ocupación, ahora colonial del “nuevo mundo”. Por
supuesto el costo de esa actitud rebelde, anti hegemónica, fue terrible y es que los
colonizadores no fueron nada sutiles (ni lo son aún) con quienes se atreven a oponerse a sus
designios y esa misma falta de sutileza terminan extendiéndola a todos los habitantes de las
tierras ocupadas.
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Siendo así y teniendo en cuenta todo el entramado histórico-político-social-cultural
que conllevan a que se una situación colonial; debe entenderse pues la descolonización
como el proceso que busca poner fin a dicha situación; y en nuestro continente ese proceso
se inicia el mismo año de 1492.
Ahora bien, como lo narra la historia el proceso de descolonización ha logrado darle
cierto grado de soberanía e independencia a las naciones que se conformaron en el territorio
de AbyaYala, sin embargo, como lo expresa Choque Canqui, (2010) “la situación colonial
ejerce una gran influencia, afectando a todas las instancias de la sociedad, puesto que cada
tipo de colonización posee las características de una “experimentación” obligada y
compleja.
En este sentido, quienes asumen la tarea de practicar un pensamiento contra
hegemónico, tienen el desafío de romper con los esquemas colonialistas en todos los
aspectos; por ello, para filosofía latinoamericana, la descolonización del poder, la
descolonización del saber y la descolonización del ser, son las formas fundamentales como
se ha de abordar la descolonización, dado que es en esas tres formas donde subsiste la
colonialidad como remanente de los procesos colonizadores que se vivieron en nuestros
territorios.
3.1. La Descolonización del Poder: se centra en el rompimiento de los patrones de poder
que aún persisten en nuestra América, producto de la herencia arraigada en nuestras
sociedades y por el proceso histórico que se ha señalado. Estos patrones de poder se
manifiestan en las formas autoritarias patriarcales y racistas de organización social; en las
formas de gobierno y en las variadas categorías políticas, jurídicas, económicas; es decir en
todo nuestro ámbito cultural. Siendo así la descolonización del poder pasa por reconocer e
identificar donde se manifiéstala colonialidad del poder; y es que para luchar contra el
machismo, por ejemplo, debo asumir conciencia sobre la existencia de este; es decir si no
me educo y aprendo sobre las luchas feministas, puedo ser reproductor de prácticas
machitas y patriarcales de manera inconsciente. Pero esto es válido, no solo para el
machismo, también lo es para la discriminación, el racismo, homofobia y todo tipo de
subordinación y/o sumisión en la que se pretenda colocar la condición de un ser humano
por encima del otro.
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3.2.- Descolonización del saber: siguiendo con el hilo argumental, se entiende por
descolonización del saber a la posición que busca desmontar la tesis socio histórica que se
produjo con la conquista donde se coloca a las poblaciones sometidas en una posición
donde sus conocimientos no forman un conjunto sistemático válido para la explicación de
sus realidades, por ende, han de aceptar (por las buenas o por las malas) los preceptos
legitimadores del régimen colonial como la panacea de las disyuntivas que les sobrevienen
a las comunidades del Abya Yala.
En este sentido, se construye una narrativa histórica en la cual los pueblos
sometidos, colonizados, racializados no tienen historia y esta comienza desde el momento
en que son “descubiertos”, pero no una historia que puedan construir por mismos, sino
que se construye a partir del dictamen del colonizador europeo, teniendo como centro de
todo acontecimiento a Europa.
3
Ahora bien, este precepto utilizado para el acontecimiento
histórico, es el mismo para todo tipo de conocimiento, más aún para el científico; y es que
la ciencia occidental es erigida como el único conocimiento válido con criterio epistémico,
para el colonizador “los conocimientos que vienen ligados a saberes ancestrales, o a
tradiciones culturales lejanas o exóticas, son vistos como doxa, es decir, como un obstáculo
epistemológico que debe ser superado.”(Castro-Gomez, 2007).
3.3.- La descolonización del ser: Luego de haber hecho referencia a la descolonización del
poder y del saber y haber dejado constancia de que la colonización irrumpe de forma
violenta en cada una de ellas; para el ser no va a operar de forma distinta y es que en el caso
de la colonización del ser como lo expresa Batres (2014) , se modificó en definitiva la
experiencia de vida de los pueblos y naciones colonizadas imponiéndoseles formas de
pensar, sentir, estar y por supuesto “ser” distintas, desconocidas y rechazadas por estos, de
ahí la forma violenta de imposición.
Para recurrir a tal colonización, el poder imperial-colonizador-genocida, recurre en
primera instancia al “estar”, se cuestiona los modos en que los habitantes del AbyaYala
asumían su relación con la naturaleza y el espacio geográfico, se les llamo atrasados por no
tener una visión antropocéntrica del mundo, se les calificó de ingenuos por no destruir su
entorno e incluso se les negó su humanidad por no apegarse a los designios de un Dios
3
De aquí surge el eurocentrismo como criterio de dominación epistémica
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castigador;
4
es decir la actitud asumida por los amerindios, no permitía que se les diera
rango ontológico como sujetos y por tanto carecían de reconocimiento. Ahora bien, para
que la colonización se completase, se recurrió a distintas formas de diferenciación humana,
siendo las s representativas las de: genero, raza, casta y sexualidad en este sentido, se
ataca la subjetividad, ya no desde el estar, sino desde la condición activa del accionar desde
los distintos sujetos en el mundo, pero dicho accionar será una imposición que se dará en
“un mundo definido por sujetos que se conciben como criaturas divinas o alter egos de
distintos rangos” “viene a ser formado por relaciones sociales que elevan a un grupo a
nivel de divinidad y que someten a otros al infierno de la esclavitud racial, la violación y el
colonialismo perpetuo.”(Maldonado-Torres, 2008)
4. Hacia la desoccidentalización
4.1. Superioridad de la Civilización Occidental, falsacionismo colonial
Inicio este punto haciendo referencia a la pretendida superioridad de la civilización
occidental puesto que esta es una narrativa que se ha extendido en todos los países del
llamado Occidente Colectivo
5
y tienen como referente ideológico autores como Max
Weber, (1992) (por supuesto que no es el único) y es que él, como muchos otros
pregonaban y pregonan dicha superioridad con afirmaciones como la siguiente:
El hijo de la moderna civilización occidental que trata de problemas histórico-
universales, lo hace de modo inevitable y lógico desde el siguiente planteamiento:
¿qué encadenamiento de circunstancias ha conducido a que aparecieran en
Occidente, y sólo en Occidente, fenómenos culturales que (al menos y como
tendemos a representárnoslos) se insertan en una dirección evolutiva de alcance y
validez universales?... Sólo en Occidente hay 'ciencia' en aquella fase de su
evolución que reconocemos actualmente como 'válida' (p.11).
4
Sobre ese aspecto véase la tesis de Fernando Mires referida a la teología de la esclavitud, donde uno de los
argumentos utilizados por los obispos de la época, fue el de “castigar los pecados”. Según ellos, los
aborígenes eran culpables de muchos pecados, siendo los principales la idolatría y determinadas prácticas
sexuales que no correspondían con las rígidas pautas medievales españolas. De acuerdo con este argumento
los españoles habían llegado a América en un papel de “brazos vengadores de Dios”. Mires, Fernando (2007).
La colonización de las almas: misión y conquista en Hispanoamérica. Buenos Aires, Libros de la Araucaria.
5
El Occidente Colectivoes un concepto que se ha hecho de uso común para referirse a los países que se
encuentran dentro del bloque militar de la OTAN y que se hayan representados por los EEUU, pero aquí
también se incluyen naciones que están bajo la influencia directa del mundo anglosajón, como Australia y con
dos excepciones asiáticas bastantes singulares como Japón y Corea del Sur.
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El hecho de que estas afirmaciones las haya realizado Weber a principios del siglo
pasado para el pensar de occidente siguen teniendo una relevante vigencia puesto que hay
bastantes referencias para ilustrar, por ejemplo: Huntington, (1997) en el célebre libro
choque de civilizaciones hace hincapié de la necesidad por parte de occidente en la
universalización de sus valores, que él los resume en: individualismo, liberalismo,
constitucionalismo, derechos humanos, igualdad, libertad, imperio de la ley, democracia,
libre mercado, separación Iglesia y Estado. Vistos así se leen bastante atractivos y ¿por qué
no asumirlos?, la pregunta se responde fácil con lo que se ha venido exponiendo, ya vemos
como occidente lleva sus valores de civilización superior a las civilizaciones inferiores
pero por supuesto si hay algún culpable de las acciones asesinas y genocidas cometidas por
el occidente colectivo, son las otras civilizaciones y pueblos barbaros que quieren acabar
con occidente.
Dejando de lado el tono irónico que tomó el tema, continuo reafirmando lo que se
ha venido diciendo en todo el trabajo, la pretendida superioridad de occidente no es más
que un falsasionismo colonial, pues es precisamente en el proceso colonizador que
emprenden los países occidentales, donde se comienza a establecer con mayor fuerza esa
pretendida superioridad, es allí donde precisamente enfocan toda su batería militar
guerrerista sobre pueblos y culturas, ahora inferiores, en lo militar, no en la ciencia, el
conocimiento o en las prácticas culturales; además es cada vez s evidente el beneficio
que obtuvo occidente del saqueo de conocimientos ancestrales para impulsar su ciencia y su
técnica, es decir cada vez queda más demostrado que la verdadera superioridad de
occidente fue la del asesinato, robo y expoliación.
4.2. Decadencia occidental y violencia imperial
Como lo comentó una vez el profesor Antonio Tinoco Guerra en una conversación
de aula, todo imperio en decadencia hace bulla y este que tenemos ahora (imperio
anglosajón) es el más poderoso que ha existido en la historia de la humanidad, por ende,
hará mucha, pero mucha bulla. Palabras más palabras menos, secundo completamente esa
afirmación pues la historia de la humanidad que conocemos no tiene referencia de un
imperio tan poderoso y fuera de control como el que tenemos ahora y ni hablar del inmenso
peligro que representan las armas termonucleares. Este tipo de armas viene a ser una de las
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causas que degenerarían en una extinción de la especie humana en el planeta, al respecto
refiere Mora, (2022) que el abuso de poder en el desarrollo científico-técnico conlleva a
que las amenazas de extinción de la especie se vean patentada en tres causas:
…una política, cuya consecuencia sería la destrucción provocada por una guerra
termonuclear, la otra por el desarrollo industrial desenfrenado con fines lucro
inmediato, que sería causada por la destrucción masiva de todos los recursos del
planeta, especialmente de las especies vivientes, [y] el surgimiento de nuevas y más
mortíferas pandemia, por guerras absurdas como la que desangra al Este europeo.
No se trata de ser profetas del desastre pero en lo que concierne a la racionalidad
instrumentalizada de la modernidad surgida con la colonialidad en el siglo XVI, lo que le
espera a la humanidad no es un mero desastre o uno de los tantos momentos trágicos que
han acontecido y acontecerán, sin duda alguna, puesto que la tragedia al igual que la muerte
es parte de la vida pero la gran diferencia entre ellas es que en la primera la vida subsiste y
continúa, mientras la muerte representa la última fase, la etapa final, no hay más y si lo hay
no es en este mundo; por ello es ineludible detener el avance ciego hacía el abismo
representado en el pensamiento colonial. (De Sousa Santos, 2010)
Ahora bien, ¿cómo se detiene el avance hacia el abismo? La respuesta es sencilla y
para suspiro y alivio de los optimistas, hay muchas formas y por “suerte” o para beneficio
de quienes se embarcan en estas luchas no faltan guías, basta con leer y escuchar un
incontable número de pensadores, teorías e incluso expresiones religiosas para conseguir
los argumentos necesarios, lo difícil y he allí el detalle, como decía Cantinflas, es llevar
todas esas propuestas a la práctica, porque es aquí cuando lamentablemente caemos en la
segunda variable del presente punto, La Violencia Imperial.
Si estamos ante un imperio que se construyó y se ha sostenido además por el
saqueo, expoliación, genocidio y violación de todas las normas internacionales, incluyendo
las que ellos mismos han promovido, se ve muy difícil, sino imposible que se puedan
implementar el sin números de propuestas que existen en el mundo; habría de ser muy
cándidos para creer que un imperio o una civilización, según se delimite el concepto, que se
construyó y tuvo su mejor auge en el sistema colonial vaya a dejar dichas prácticas, esto no
se dice sólo por hacer una crítica vacía o nacida del descontento, lo que aquí afirmo tiene su
explicación en lo acontecido en todo el sur global desde el siglo XVI hasta nuestros días.
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Basta con ver lo acontecido en las antiguas colonias europeas del continente
americano luego de los periodos independentistas, aunque se logró la independencia
política la colonización siguió operando en otras variantes, como quedó bien explicado en
el capítulo anterior, surgiendo el denominado neocolonialismo, donde las potencias
dominantes llámese civilización occidental, impone una especie de tutoría velada y no tan
velada sobre otras naciones a las cuales se les impone sanciones si se salen del carril por el
cual deben manejarse en el escenario internacional, incluso se inventó un modelo
desarrollista para diferenciar a las naciones como desarrolladas y subdesarrolladas.
Aunque ese modelo de desarrollo y sub desarrollo suena menos chistoso o irónico
que el del primer mundo y tercer mundo, puesto que por orden numérico el tercero nunca
llegará al primero sin pasar por el segundo, pero este último nadie sabe dónde queda o si
existe. Es así que se han establecido narrativas en la cual los países periféricos,
subdesarrollados, tercermundistas o del sur global
6
deben aceptar su posición de ser
proveedores de materia prima y de los recursos que a bien tengan necesidad las potencias
neocoloniales, representadas fundamentalmente por el imperio decadente y violento.
En todo lo que he venido plasmando se evidencia que el llamado a romper con las
cadenas del colonialismo o neocolonialismo en este caso, no es un simple hecho retórico o
que nazca de la candidez de muchas personas o una sola, es decir, yo, esto va mucho más
allá que un simple llamado de conciencia, me permito traer las palabras que al respecto dice
el Vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia Dmitri Anatólievich
Medvédev, (2024):
La lucha contra el neocolonialismo no es cuestión de enfrentarse por enfrentarse. En
primer lugar, es el movimiento hacia la soberanía civilizatoria, sin la cual a los
países en el siglo XXI les espera la degradación y la miseria. En el filo de los siglos
la peor perspectiva que podía tener un Estado era ser considerado “Estado fallido”
Para no extenderme más en este punto quiero cerrar con una idea o una hipótesis
que engloba o marca la relación directa entre la decadencia occidental y la violencia
imperial; y es que, al estar en decadencia la civilización occidental surgida con la
modernidad colonial su agresividad se hace más patente y es practicada de diversas formas
6
La denominación de Sur global hace referencia a todas las naciones y grupos étnicos que se enfrentan o
rechazan las pretensiones de sometimiento de las potencias neocoloniales.
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puesto que las luchas sociales y la oposición a sus designios son cada vez más resistentes y
persistentes en el sur global y como no, el surgimiento de otras grandes potencias que de
una u otra forma se asocian con las naciones tradicionalmente sometidas, bien sea por
tratados bilaterales o en bloques
7
han llevado al imperio anglosajón a realizar sus acciones
violentas de forma más diversificada o enmascarada.
No es de extrañar que al no poder imponerse de forma directa el imperio
neocolonial representado en los países que conforman la OTAN
8
se vale de estrategias
como las denominadas revoluciones de colores, golpes de estados, guerras proxy, sanciones
económicas, presiones a diplomáticos en organismos como la ONU y un sin número de
conspiraciones a través de ONGs y compra de conciencia a coterráneos de los territorios
que quiere dominar y lamentablemente la compra de conciencia incluye académicos e
intelectuales que hacen o han hecho carreras en las universidades locales y Latinoamérica
es un caso muy emblemático, no por nada se nos identifica como el patio trasero de los
EEUU.
4.3. La ineludible Desoccidentalización
Así como lo describo en el título del presente punto, percibo lo que ha de ser la
desoccidentalización de la educación superior latinoamericana; es decir ineludible, puesto
que desde la academia, los académicos eludimos la imperiosa necesidad de
desoccidentalizar la universidad latinoamericana, estamos condenando la región al atraso y
eterno ciclo de ser países periféricos, siempre sometidos a alguna potencia imperial,
colonial, extractivista, expoliadora de los ingentes recursos que posee la región; no es una
simple verdad de Perogrullo, ni son afirmaciones fatalistas lo expresado, la historia del
continente nos da suficientes luces para sacar este tipo de conclusiones que no podemos
simplemente menospreciar o ignorar.
7
Basta observar las relaciones Ruso-Africanas y como estas inciden en la expulsión de los franceses de varios
países del continente Africano y la creación de los BRICS+
8
Organización militar liderada por lo Estados Unidos que ha protagonizado la destrucción de países como
Bosnia y Herzegovina en Europa del este y Libia en el norte de África.
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Un aspecto que se ha olvidado de las universidades es la importancia que estas
revestían para los estados desde su fundación, así como lo refiere Cuño, (2016) cuando dice
que:
Efectivamente, con el advenimiento del Estado Moderno en época de los Reyes
Católicos y de los Austrias, las universidades medievales en España y las
posteriormente creadas en América, se convirtieron en las universidades de la
monarquía hispánica imperial. Allí los profesionales de la administración y política
pública en Castilla y en América fueron formados en su versión eclesiástica o laica
vinculados a la burocracia estatal, para dar brío, firmeza y continuidad a la
administración de lo público.
Por supuesto la universidad estaba y debe estar estrechamente vinculada al estado,
una universidad de espaldas al estado es a mi juicio una universidad desconectada de la
realidad a la cual está obligada a responder y ese es uno de los problemas que se le presenta
a las universidades latinoamericanas a raíz de la arremetida imperial occidental, puesto que
se crea una desconexión, una ruptura de vinculo, para dar paso a una dependencia
antiacadémica y perversa donde priva la mercantilización de la educación a través de las
grandes corporaciones con universidades que tienen como premisa principal formar los
profesionistas que ocuparán las plazas de empleos en las entidades corporativas, relegando
por completo la formación de ciudadanos de una nación, con pensamiento crítico y con
sentido humanista.
Vemos pues como por medio de la imposición de un mercantilismo producto del
sistema neoliberal que se promueve desde occidente se llega incluso a deshumanizar al ser
humano privándolo de un principio fundamental como lo es la libertad, se dice que el
liberalismo o neoliberalismo dota a la persona humana de libertades, pero en realidad es
todo lo contrario la decadencia por la que está pasando occidente es cada vez más contraria
a cualquier principio de libertad, aquí tomo una pausa para decir que esto es lamentable
porque esos valores universales cosechados en occidente como dice Huntington, (1997)
nunca se universalizaron y en vez de ser implementados en otras latitudes, más bien se
están viendo terriblemente reducidos en el mismo occidente.
Volvamos a la importancia de la formación de ciudadanos con pensamiento crítico y
sentido humanista, puesto que, es en ese aspecto tan trascendental donde la universidad
occidentalizada está fallando y retomando algunas palabras de Cuño (2016):
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La creación de un pensamiento crítico es el fundamento y base de toda la actividad
científica desarrollada en el ámbito universitario: replantearse la esencia, la
existencia, no conformarse con el magister dixit, preguntarse por los orígenes, los
medios y los fines, cuestionarse las razones y los fundamentos, criticar las
tradiciones inconmovibles, los principios imperturbables, los teoremas
incontrovertibles con la finalidad de propiciar el bienestar y la felicidad a nuestras
sociedades, es construir universidad.
Exactamente es ese el significado de construir universidad muy al contrario de lo
que sucede en nuestra región con las universidades occidentalizadas donde los títulos de
magister pareciera que estuviesen superando los de licenciatura y bachilleres, donde lo
importante no es el cuestionamiento sino la bancarización de la educación como decía
Freire, (2004) donde no es la necesidad de la sociedad lo que importa en primer orden, sino
la necesidad del mercado; es muy común escuchar de profesores universitarios y dirigentes
de las universidades decir: “es importante darle las herramientas a los estudiantes para que
se inserten en el mercado laboral” o “tal o cual empresa o corporación tiene la necesidad de
estos profesionales”. No es que esté del todo en contra con estas afirmaciones, lo
preocupante es que se tengan como primordiales.
Para ir finalizando haré mención de la descolonización de la universidad, aunque no
profundizo en el tema puesto que el mismo da para otro trabajo, ejemplo de ello lo tenemos
en la bibliografía y en muchos otros textos que en este caso no se incluyen; aunque si es
importante explicar la analogía existente entre descolonización y desoccidentalización
sobre todo para tratar de aclarar alguna duda o vacío que haya quedado en el desarrollo del
contenido de todo el trabajo, en ese sentido tenemos que la desoccidentalización no es
descolonización puesto que esta última se inicia o tiene su origen con el nacimiento del
sistema mundo moderno colonial en el siglo XVI, en cambio la desoccidentalización tiene
como principal referente a Oswald Spengler en el libro publicado entre 1918 y 1923
titulado “La decadencia de Occidente”.
Por cuestiones metodológicas y propias de la dinámica de investigación, el autor
mencionado no recibió citas en el trabajo, pero sin duda es de mucha importancia cuando se
trata la desoccidentalización en sentido general, no porque el autor hiciese uso del término,
sino porque en el texto hay un llamado de atención para los líderes y ciudadanos de la
civilización occidental, puesto que son sus mismas acciones las que estaban ocasionando su
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decadencia. Aunque no es el único autor que manifiesta dicha inquietud, el mismo
Huntington que si he citado acá también manifiesta preocupación por algunas acciones de
los líderes occidentales, ya que estas pueden llevar al colapso definitivo de dicha
civilización.
Así pues cuando se propone la desoccidentalización de la universidad
latinoamericana, no se hace por sentimientos de retaliación o venganza producto de las
acciones que ha efectuado el “occidente colectivo”, se hace por como lo dije al principio,
porque es ineludible. queremos un mundo donde se respete el derecho internacional, sin
injerencias ni intervencionismos, sin imperios dominantes que impongan por la fuerza sus
designios, donde se respete la soberanía y autodeterminación, en fin, en mundo diverso y
equitativo, tenemos que comenzar por la universidad para que desde ella surjan las voces,
las teorías, las propuestas que necesitan nuestras sociedades. Cierro ahora si con una cita
extendida de Santiago Castro-Gómez (2007) que refleja perfectamente el anhelo utópico
del autor y que secundo completamente.
Queremos dejar claro que la decolonización de la universidad, tal como aquí es
propuesta, no conlleva una cruzada contra Occidente en nombre de algún tipo de
autoctonismo latinoamericanista, de culturalismos etnocéntricos y de nacionalismos
populistas, como suelen creer algunos. Tampoco se trata de ir en contra de la ciencia
moderna y de promover un nuevo tipo de oscurantismo epistémico. Cuando
decimos que es necesario ir “más allá” de las categorías de análisis y de las
disciplinas modernas, no es porque haya que negarlas, ni porque éstas tengan que
ser “rebasadas” por algo “mejor”. Hablamos, más bien, de una ampliación del
campo de visibilidad abierto por la ciencia occidental moderna, dado que ésta fue
incapaz de abrirse a dominios prohibidos, como las emociones, la intimidad, el
sentido común, los conocimientos ancestrales y la corporalidad. No es, entonces, la
disyunción sino la conjunción epistémica lo que estamos pregonando. Un
pensamiento integrativo en el que la ciencia occidental pueda “enlazarse” con otras
formas de producción de conocimientos, con la esperanza de que la ciencia y la
educación dejen de ser aliados del capitalismo posfordista.
Conclusión
Como refiere la cita anterior, desoccidentalizar no es iniciar una cruzada contra
occidente, ni mucho menos negar la ciencia, la tradición y los principios sobre los que se
fue edificando la civilización occidental; para la universidad latinoamericana, la
desoccidentalización es una ineludible tarea que busca romper con la dualidad racionalista
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que se fue imponiendo desde la episteme cartesiana y que de alguna forma fue desplazando
la triada cristiana heredada de la medievalidad, por supuesto, tampoco significa volver a lo
medieval, aunque si se podría mirar lo medieval desde una perspectiva crítica distinta a la
establecida en la modernidad.
Tampoco se mal entienda esto como un retorno hacía situaciones y teorías que se
consideran superadas, ha de entenderse que la desoccidentalización de la universidad lleva
consigo la necesidad de plantearse una visión holística, un pensamiento complejo,
abarcante, donde no existan las exclusiones ni negaciones a priori; es decir se ha de mirar al
pasado, a las distintas épocas, las diversas y múltiples culturas, las distintas civilizaciones,
se ha de cuestionar el presente desde lo glocal con pensamiento crítico, se ha de cometer
errores y corregirlos, se ha de hacer propuestas para el futuro sabiendo que no se es la única
ni mejor civilización que ha existido o existirá y lo más importante se ha de reconocer que
se debe detener el camino hacia el abismo.
Es pues la Universidad Latinoamericana como institución por excelencia donde se
ejerce el pensamiento y donde se tejen las teorías que buscan dar respuestas a las
necesidades de la sociedad la que está llamada a tomar las riendas sobre la carroza del
destino y son los universitarios los responsables sostener esas riendas, esto no es un simple
enunciado, es como un imperativo moral al estilo Kantiano.
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REVISTA DE ARTES Y HUMANIDADES UNICA
Nº 53 Vol.25 2024 - 2 (Julio Diciembre)
Publicación en formato digital a cargo del Fondo Editorial de la
UNIVERSIDAD CATÓLICA CECILIO ACOSTA. Maracaibo-Venezuela
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