Andrade, Gabriel. El problema del libre albedrío
Revista de Artes y Humanidades UNICA 59
Así, la causalidad estipula que cada vez que sucede un evento específico, le seguirá
otro evento determinado. Al concebir al universo como una gran máquina que opera con base
en secuencias causales, la física moderna se ha inclinado hacia el ‘determinismo’, la postura
según la cual todos los eventos han sido causalmente determinados por una cadena de eventos
previos. Y, puesto que se asume que las relaciones causales son constantes, la conclusión
abstraída por el determinismo es que el universo no pudo haber sido de otra manera. Pues, si
por cada evento, hubo una causa que propició que ocurriera ese evento, y no otro, entonces
la secuencia de eventos ha quedado fija y es inalterable. Si asumimos la ley de gravedad
como una relación causal constante, no pudo haber sido de otra manera que, al soltar un
objeto en el aire, éste cayese al suelo. Y, así con todos los eventos del universo.
El determinismo postularía, entonces, que desde los inicios del universo con el Big
Bang, todos los eventos han sido causalmente determinados, y que no pudo haber sido de
otra manera. Una generación después de Newton, otro físico, Pierre Simon Laplace, postuló
que si un agente pudiese conocer exhaustivamente todas las leyes de la física, podría predecir
sin equívoco todos los eventos futuros, y podría describir todos los eventos pasados[1]. Pues,
de nuevo, si las leyes de la física son constantes, entonces la sucesión de eventos en el
universo estaría determinada por esas leyes.
Ahora bien, si como postula el materialista, la mente es reducible a la materia, y en
tanto la materia forma parte del universo físico, la materia también está sujeta a las leyes de
la física, entonces parece que los eventos mentales están determinados. De la misma manera
en que el objeto se viene al suelo como consecuencia de haberlo soltado en el aire, y dada la
ley de la gravedad ésa es la única manera en que pudo haber ocurrido; así también cada
evento mental tiene una causa que propicia que ésa sea la única manera en que pudo haber
ocurrido. Y, de nuevo, desde el origen del universo con el Big Bang, todos los eventos
estarían causalmente determinados.
Pensemos, por ejemplo, cuando levantamos el brazo. ¿Es ese evento espontáneo? El
materialista tendría que responder que no: el deseo de levantar el brazo ha sido causado por
la activación de unas neuronas. Pero, a su vez, la activación de esas neuronas ha sido causada
por otros eventos físicos. Y, estos eventos son causados por otros eventos, y así
sucesivamente. Una vez más, pareciera que, desde el Big Bang, se suscitó una cadena causal