Quiva García, C. Resiliencia, acompañamiento y liderazgo en las escuelas católicas
98 Revista de Artes y Humanidades UNICA, Volumen 24, Edición Especial 2023, pp. 96-104
Universidad Católica Cecilio Acosta – Maracaibo – Venezuela. ISSN: 1317-102X / e - ISSN: 2542-3460
El Papa Pablo VI lo dijo en Evangelii Nuntiandi 41: “En mundo de hoy cree más a
los testigos que a los maestros, y si cree en los maestros es porque éstos sepan dar
testimonio”. Los maestros, personas que nos enseñen, también son necesarios, pero sobre
todo que enseñen con su testimonio. El Papa Francisco lo ha dicho de manera parecida y
más popular: “Menos textos y más testigos”. También los textos son necesarios, pero sobre
todo hacen falta testigos, testigos de la fe, esperanza y misericordia.
De manera similar Albert Schweitzer afirmaba que “dar ejemplo no es la principal
manera de influir en los demás, es la única manera”
Por otro lado, el líder de una escuela católica debe fomentar el compañerismo y la
colaboración, estableciendo una comunidad de aprendizaje inclusiva y acogedora. En este
sentido, McShane (2011) afirma que el líder católico debe ser un líder servicial, es decir,
alguien que está al servicio de los demás, que se preocupa por el bienestar de los demás y
que promueve la colaboración y el trabajo en equipo.
b. El liderazgo en la escuela católica se entiende como un proceso de influencia para
lograr objetivos compartidos que se fundamentan en los valores cristianos y su relación con
Dios. Según el autor John C. Maxwell, el liderazgo es la capacidad de influir en un grupo de
personas hacia una meta común. En la escuela católica, el líder debe llevar a cabo una visión
compartida con todos los miembros de la comunidad educativa, creando un ambiente de
respeto, confianza y colaboración.
Un aspecto fundamental del liderazgo en la escuela católica es la comunicación
efectiva. El líder debe ser capaz de comunicar la visión y los objetivos de la escuela de manera
clara y efectiva, asegurándose de que todos los miembros de la comunidad educativa
comprendan y compartan los mismos valores.
Por otro lado, el líder debe ser un modelo a seguir para los docentes y estudiantes.
Debe demostrar un compromiso profundo con los valores cristianos y su relación con Dios,
y poner en práctica estos valores en su vida cotidiana. De este modo, el líder se convierte en