Visión vanguardista para una transformación humanista en las Instituciones Educativas Católicas
DOI:
https://doi.org/10.5281/zenodo.11522428Palabras clave:
Maestro Formador, Humanismo, TransformaciónResumen
En la actualidad la producción del conocimiento se cimienta en una plataforma epistémica de interacción entre el ser humano con su entorno. Lo que obliga a reflexionar el modelo educativo, donde el Maestro representa la clave para generar cambios de la formación y transformación en la concepción macro de la Educación. De allí la importancia del carácter histórico de la pedagogía que está asociado a la vinculación con la sociedad como totalidad de donde se deriva el estudio de las políticas para la educación, el rol del Maestro en el conjunto de las relaciones sociales, el papel de la transformación social desde la condición del conocimiento pedagógico como conocimiento en contexto y para un contexto, que lleva a los formadores de formadores a contextualizar sus propósitos y acciones.
Es pertinente considerar que la complejidad de la sociedad actual, requiere de un Maestro comprometido consigo mismo, de tal manera que su actitud contribuya a transformarse en cada experiencia que acontezca dentro y fuera del aula, pues son espacios que generan información, conocimiento y formación para la transformación de las exigencias del mundo actual, teniendo presente una visión humanista debe trascender en concebir el proceso educativo amplio, dinámico, que engloba todos los aspectos de las personas, académicos , sin olvidar la parte humana.
Desde esa perspectiva,surge la necesidad que las nuevas tendencias de formación en educación apuntan hacia la humanización del ser, lo que exige a los Maestros ser vanguardistas con la visión disciplinaria, articulada y contextualizada dentro de su quehacer pedagógico teniendo como base fundamental los pilares de aprendizaje: ser hacer, conocer, convivir, puesto que las nuevas tendencias buscan una formación que permita desarrollar todas sus potencialidades :actitudes, talentos, inteligencias, sensibilidades, donde se asuman elevados niveles de participación, reconociendo a cada educando como un todo integral , es fundamental el desempeño del Maestro formador con una visión humanista con valores morales éticos, religiosos , con objetivos claros para crear espacios que conduzcan a la transformación del conocimiento, del pensamiento crítico, reflexivo, en su misión como formador con los involucrados en este proceso.
Las Instituciones Educativas Católicas enrumban sus proyectos, bajo la minara de una filosofía institucional, convirtiéndose en semilleros se abrir ventanas para creer y consolidar el potencial los valores humanos –cristianos como una oportunidad superior con la firme convicción de formar para transformar y dar respuestas a los retos del mundo actual.
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